Los pendientes brillan más que su mirada

1

Cofrades, dejad de adorar pendientes y mirad a la cara. Ahí está el significado de todo. No toméis otro camino que no sea el correcto.

Traslado de la Estrella el pasado domingo 25 de febrero – 101 TV

El Diputado


No, no es una declaración de amor ni un piropo hacia mi pareja (de la que no puedo presumir al no poseer). Solo le tengo aprecio a mi café mañanero y al cortejo que siempre me sigue: el de las ovejas negras que tanto le gustaría a Martínez Ares. De ellos acepto críticas constructivas. Y de todos. Podemos hacer un mundo mejor. Pero por favor, con criterio siempre, no manifestando vuestra ignorancia y cobardía.

Sin más rodeos, vengo a plasmar una inquietud. Hace tiempo que noto una desacralización de la sociedad cristiana española. Sí, DE SA CRA LI ZA CI ÓN. Tengo sin embargo ejemplos de jóvenes insertos en las iglesias (San Alberto, Santa María la Blanca o La Barzola), pero la mayoría de los «cofrades» andan externos a lo que deberían de estar apegados.

Os pongo un ejemplo: Un traslado sin música y con música en un mismo lugar. A la ida podía uno ir tranquilo acompañando al titular. Una vez llegados al punto donde se hace la música, imposible moverse. No me contrario a la participación de la banda, pero me parece indignante que estos «adoradores de banderines» ni se interesen en la celebración y en la participación en la misma. Eso sí, pregúntales por la marcha. Seguro que te la adivinan antes de acabar el redoble de tambor.

Para más inri, viví dos momentos de absoluta vergüenza ajena el pasado domingo en el traslado de la Estrella desde San Jacinto. Una pareja se encontraba esperando el pasado domingo a mi lado para oír a Rosario de Cádiz en la Estrella. Cuando acabó todo el concierto en la calle San Jacinto (y entrado Jesús de las Penas en su sede), al llegar la Virgen de la Estrella, la mujer preguntó delante mía: ¿Por qué llora? Una adolescente de unos 19 años aproximadamente. Pero las marchas sabía nombrarlas.

También, un grupo de manchegos (ellos mismos delataron su procedencia) que solo venían expresamente a escuchar a la ‘Gaditanissima’. Cerveza en mano delante del señor, resoplaban en actitud de agrado cada vez que alguno de los solistas terminaba un deleite musical con su corneta. Cuando entró el Señor, huyeron hacia otro certamen en un pueblo de la provincia donde volvía a sonar Rosario de Cádiz. Ah, y que no faltase el desprecio hacia la ciudad de Sevilla y su Semana Santa que llegó a mis oídos de parte del grupo mencionado (oye, bien que luego quieren cualquier tipo de relío con los sevillanos y acuden en varias ocasiones en vez de quedarse en casa).

Cuánto es capaz de hacer una banda, ¿verdad? Podemos trasladar lo mismo a los conciertos. Gloria a nuestras formaciones musicales que son las mejores de toda España con niveles casi insuperables. Pero me llama la atención una cosa: colas de casi una hora de espera para asistir a un concierto. Luego en misa supongo que será lo mismo… ¿verdad?

Rezos del Vía Crucis desiertos, cultos cada vez menos afluentes, misas casi vacías… pero hasta los ensayos de bandas hasta arriba. Espero que entendáis eso de que «Los pendientes brillan más que su sonrisa». Lo secundario ha ganado terreno a lo primario. El añadido influencia más que lo principal.

Lo único positivo que extraigo es que tendremos más espacio para disfrutar de nuestros sagrados titulares. Y podremos gozar de cercanía hacia ellos. Y cuando llegue el momento musical, desviarse buscando un aperitivo en uno de nuestros comercios locales. ¡Qué buenas están las croquetas de bacalao de Casa Ricardo los viernes cuando hay millones de conciertos!

Palermo al suelo y avanzamos con el tramo. El viernes repetimos croquetas de bacalao (o bocadillo de atún del Polvillo, que estoy tieso ya).

1 pensamiento sobre “Los pendientes brillan más que su mirada

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *