¿Sabías que…?: Angelitos y querubines

Os mostramos uno de los detalles más comunes de nuestra Semana Santa pero de los que podremos desconocer su significado

Los pasos de nuestra Semana Santa son altares móviles que cobijan, durante unas horas, las imágenes de nuestras devociones en sus correspondientes estaciones de penitencia. Y cada una de las cofradías, para acompañar a sus retablos andantes, sacan a la calle sus mejores enseres en forma de insignias que, además, tienen la funcionalidad de organizar el cortejo procesional.

Lo que no todo el mundo conoce es que en una gran parte de estos pasos y enseres se esconden detalles curiosos, que, bien por expreso deseo de la Hermandad, bien por el simpático capricho de su autor, se integran en la orfebrería o la talla del paso o insignia en cuestión. A continuación, vamos a descubrir curiosidades – unas veces ocultas y otras veces no tanto – de los pasos e insignias de las cofradías de la capital sevillana que, a la postre, vienen a definir el sello y el carácter de cada una de ellas, potenciando así su valor la personalidad.

Dado que la época es muy propicia para ello, hoy haremos un repaso – en cinco categorías – de una gran cantidad de detalles que, si bien suponen una ínfima parte de la riqueza de nuestras cofradías, pueden hacer las delicias de nuestros lectores, quienes a buen seguro tomarán buena nota de todos ellos para, ¿por qué no?, intentar localizarlos en apenas tres meses, cuando nuestras cofradías comiencen a dar color a las calles de nuestra ciudad.

Angelitos

Los ángeles, como espíritus celestes mensajeros de Dios, se llevan la palma a la hora de ser representados en pasos y enseres, si bien no son los únicos, como veremos a continuación.

Mención especial haremos al Misterio de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado, de la Hermandad de San Pablo, cuyo escultor colmó de ángeles en un simbólico homenaje a las diferentes secciones de la hermandad: los capataces y costaleros fueron homenajeados incluyendo un angelito con un costal y una cántara de agua, así como las camareras y taller de costura de la corporación, que se ven representados en un ángel con unas tijeras y una bobina de hilo. Los priostes tienen a su propio querubín con un martillo en su mano, al igual que los monaguillos y los acólitos de la hermandad, simbolizados por un pequeño ángel que porta un incensario. Otro de ellos lleva entre sus manos un triángulo musical en homenaje al coro de la hermandad del lunes santo y podremos ver a otro angelito con un capirote y el antifaz de la hermandad, en homenaje a todos sus nazarenos y, en general, a todos sus hermanos, por lo que se ha incluido la imagen de un ángel con la medalla de la hermandad.

Entre ellos, no pueden faltar los más pequeños, que se ven representados por un querubín con un pequeño chupete en la boca, y los más mayores, que cuentan con su propio angelito con un bastón y una flor. Los hermanos difuntos también están representados por un ángel que figura dormido con las manos sobre su cara.

Mayor simbolismo encontramos en otros dos angelitos que encierran reivindicaciones muy interiorizadas por esta joven hermandad: “el derecho a la vida”, representado por un angelito con gesto de llanto y lágrimas en sus ojos y el recuerdo a las personas privadas de libertad, que son representadas por un ángel que lleva en sus muñecas unos grilletes y unas cadenas desgarradas.

Similar profusión de ángeles podemos localizar en el paso del Cristo de la Sangre, de la hermandad de San Benito. En este caso, Buiza talló nada más y nada menos que 36 pequeños querubines repartidos por toda la canastilla.

El palio de esta hermandad del martes santo, que cobija a la Virgen de la Encarnación, porta en su delantera a un Ángel de la Guarda en plata, regalo de la Policía Armada a la hermandad. Cuentan las malas lenguas que el teniente coronel habría descontado una parte del sueldo de sus policías para sufragar esta pieza.

El ángel con chupete, representación de la cantera de nuestras hermandades, se repite en el arrabal trianero, concretamente en la orfebrería del paso de palio de la Esperanza de Triana y en el misterio del Soberano Poder de la Hermandad de San Gonzalo.

Destacan igualmente los querubines que se sitúa alrededor de las cartelas de la canastilla del Nazareno de la Divina Misericordia de la Hermandad de las Siete Palabras, dándose la circunstancias de que uno de esos angelitos es negro.

Más traviesos han resultado ser los angelitos que salpican los respiraderos del paso de palio de Nuestra Sra. de la Merced de la Hermandad de Pasión, mostrándose querubines con gafas, sacando la lengua e incluso con una cinta en la cabeza que sujeta una pluma de indio. Un guiño de los Hermanos Delgados a esta sobria hermandad del Jueves Santo.

Éstos son algunos ejemplares de los pequeños niños alados que podemos encontrar en los altares portátiles que llamamos pasos procesionales, pero que esconden significados tras esas encarnaduras alegres, tristes o burlonas. En posteriores artículos, hablaremos sobre la curiosidad que despierta la flora y fauna que permanece intacta en los mismos.