KOFRADÍAS
El Diputado habla de la última tendencia cofrade: las bandas de música de paso de Cristo.
El Diputado
Aviso desde esta primera línea que aquí va a recibir todo el mundo, incluido yo, por lo tanto quien normalmente sea propenso a ofenderse por cualquier comentario del cual él dice no comulgar pero a la vez se siente identificado y por eso se ofende, que vaya desfilando al programa de la tele local cofrade que todos conocéis, que está diseñado por y para canis cofrades, amante de las bandas y de las cosas insignificantes de las cofradías. Ah, y de los lameculos de algunas hermandades para ser invitados a gambas, sí Curro, va por ti esta vez. Sí Curro, soy yo, sí Curro, no me digas que no me vas a volver a hablar y luego me pidas el favor de pasarte el número de un familiar, porque quedas de patético.
Lo dicho, vayan desfilando. Me encuentro con mi café inspirador como yo suelo llamarlo, y oteando al horizonte me he topado con dos músicos de una formación musical sevillana, camino del ensayo, y he empezado a pensar en toda la sociedad cofrade que nos rodea. ¿Cuántas veces hemos escuchado a un grupo de personas decir, «¿Qué banda va?», y dependiendo de cuál, han ido o no a una procesión? A ese punto hemos llegado, al endiosamiento de las piezas musicales. Que ojo, por la música fenomenal, pero por los miembros viriles y femeniles de músicos y músicas no, que ya sabemos de por sí que los suelen usar mucho entre ellos.
Hemos llegado a un punto en que hay cofrades que viajan de un punto de Andalucía a otro para ver tocar a una banda en un concierto, y luego tenemos a una imagen del siglo XIII en las calles, y no hay ni dos filas de personas en las mismas. Interesa más un sonido estridente de una «pseudomarcha» que se interpreta durante un año y se manda al cajón, que una virgen que encargó el Santo Patrón. No me extraña que ya la gente ni conozca quién es el Santo Patrón, ya que su Patrón es el solista de una banda, que «no veas churra cómo toca, bof, madre mía, qué solo se ha pegao’, bof«, como si de un orangután se tratase sin saber enlazar más de dos palabras. Ahora de música es un entendido, porque se ha aprendido la frase de: «Las bandas de palio son una mierda, aburren«.
¿Esa es la cultura que estamos criando en las cofradías? Una interpretación de hace más de 100 años aburre, y una pieza que se toca tres veces y se borra hasta de los cajones porque no sirve ni para calzar una mesa, se idolatra. ¡Qué será de nuestra Semana Santa cuando toque el relevo generacional! Seguramente nos pongan a todos un degradado, iremos en sudadera a los cultos y posteriormente la Mortaja cambie el, ¿Quién es? La Muerte, por un ¿Quién es, churra? La banda, que viene a que montemos en el altar a los músicos.
Aburren las marchas de palio, aburren las vírgenes de gloria, aburren los cortejos, aburren los palios, aburren las vírgenes antiguas dignas de museo, pero qué bonito es, estar a las puertas de una iglesia, sin ver absolutamente nada, y escuchando a medias un concierto de una banda de cristo. Menos mal que nos quedan aún las pequeñas cositas, que sabemos disfrutar los cofrades de verdad. Esos que buscamos la esencia. Esos que no hacemos pasillo a los músicos como si fuesen estrellas de Rock o campeones de la Champions. Aunque tal vez ganaron la «Champions» en Córdoba y por eso lo hicieron.
Y ahí entran los Kofrades. Esos son los Kofrades. Los que prefieren ver un concierto de una banda en mitad de la calle, en vez de una virgen que históricamente viene a Sevilla por la Reconquista y la vuelta del culto cristiano a la ciudad. Esos son a los que mejor regalarle un disco de su banda favorita y dejen de molestar cuando no hay concierto y se acercan a las procesiones. Como ocurrió el domingo.
Triana inaccesible, y encima, la gente quejándose de que no llegó con «Esperanza de Triana Coronada» a la Capilla de los Marineros, que llegó con algo muy triste. Vamos, para preguntarle que si no hay algún concierto de alguna banda cerca para mandarlo a él y a sus «canorradas» lo más lejos posible. Es más, seguro que si fuese por ellos, los palios también iban con pitos desafinados detrás, para así poder tener su deleite personal diario con una «pseudomarcha» de un «psuedomúsico», llegando al gozoso final con una palillera inaguantable.
Lo dicho, para nuestros Kofrades, para todos los que prefieren un concierto de una banda, que una procesión, para todos los que prefieren un solo, que una virgen fernandina, para todos los que prefieren un uniforme que un hito histórico en nuestra ciudad, seguid así, es mejor, así no molestáis en nuestras queridas procesiones, eso sí, en Semana Santa, os vamos a mandar a todas vuestras bandas a León, a ver si os perdéis por allí todos y nos dejáis aquí tranquilos.
Palermo al suelo y avanzamos con el tramo.