Misiones Evangelizadoras: ¿Ver para creer?
El Diputado
Leyendo mis artículos dominicales que recojo cada semana (porque entre tantos URGENTES vamos a extraordinaria y batacazos por semana) he reunido varios anuncios de salidas a modo de «misiones evangelizadoras».
Siéntate conmigo, fiel lector de mis pamplinas que suelo escribir, y discutamos:
¿Qué es el término «evangelización»? Si consultamos fuentes institucionales, se refiere al «acto de predicar el evangelio de Jesús, sus actos y palabras». Desde primera instancia, parece que es una acción de muchísima necesidad, y así es: las Misiones Generales de 1965 con más de 30 hermandades visitando barrios sevillanos, los traslados de Jesús del Gran Poder al entorno de los Pajaritos y Santa Teresa… todo con un claro mensaje: la palabra del señor encarnada en nuestras imágenes devocionales.
Ahora bien, ¿en qué ha quedado el fenómeno de «evangelización» en nuestra ciudad? Me remito a un intento del mismo con las llamadas «misiones evangelizadoras» de una hermandad recientemente, cuya estrategia se basó en reenviar un formulario de Google bajo un mensaje que alentaba a las masas a «apuntarse, que si el Arzobispo ve mucha gente en la lista, seguro que nos concede la extraordinaria. No hace falta ni que vayáis a las reuniones, total, eso luego no se ve».
Algo quiere sonarme a lo que plantean en el Cristo de Burgos, a la cual ya han concedido esa deseada procesión antes de dar el pistoletazo de salida a unas congregaciones similares. ¿Una reunión mensual de los grupos hasta junio de 2024? ¿Aprenderán en nueve encuentros a arrodillarse ante el Santísimo Sacramento del Altar cuando acudan a uno de esos famosos conciertos que se celebran en nuestros templos? Tendrán una segunda oportunidad hasta junio de 2025.
Con las nuevas dinámicas, ha surgido un nuevo movimiento pseudomedieval que, lejos de parecerse a las sangrientas cruzadas, quieren «incentivar el culto cristiano en la Sevilla creyente». Ese discurso tiene un doble trasfondo: desde hace tiempo, el sacerdote de cierta parroquia del barrio de las 3000 viviendas manifiesta que el resto de religiones está alcanzando mucha popularidad en el barrio, por lo que la asistencia de una imagen podría ayudar a no perder el poder de la Iglesia en esa zona. ¿Dónde queda nuestro país laico con libertad religiosa? ¿Tiene que parecerse ésto a una batalla del ‘Risk’ donde tengamos que conquistar territorios? ¿Si la Esperanza de Triana acaba yendo a las 3000 viviendas como se rumorea, será con el fin de batallar con el resto de religiones de la zona para acabar yendo a Catedral y pasear su paso de palio o para reforzar las creencias cristianas?
Por cierto, ¿qué vamos a enseñar allí? ¿Nuestros pedazos de «hermanamientos» en los cuáles discutimos qué Virgen es más guapa o quién tiene más joyas? ¿Las «conbebencias» que duplican la asistencia de la juventud que debería haber asistido a la eucaristía que era la importante? Y un larguísimo etcétera de varios problemas internos que asolan al mundo cristiano y cofrade.
Dejemos la moral a un lado y orientémonos a arreglar lo nuestro, que tiene muchas fisuras y necesitan de su restauración. Antes que sacar un paso en extraordinaria, vayamos a Dios que se transforma en pan y hablemos con él.
Palermo al suelo y avanzamos con el tramo.