Lo Cantillanizáis todo
El Diputado

El pasado 15 de agosto, fuera de nuestros límites provinciales tuve una conversación con mi querido fiscal sobre lo que cada año ocurre en Cantillana. Él me comentaba no comprender lo que allí se vive cada año ni el demostrar a través de vivas su amor a la virgen.
Y como le ocurrió a él, le suele ocurrir a muchas personas, que por desconocimiento del asunto, no llegan a los límites de comprensión de lo que ocurre en Cantillana en torno a sus dos imágenes de gloria.
En mitad de la conversación, el soltó un «Es que en Sevilla, ya se cantillaniza todo». Saltó a la palestra esa expresión llena de incultura tan usada en el mundo cofrade. La «Cantillanización».
Nadie cantillaniza nada, porque nadie puede llegar al punto y nivel de Cantillana, ya quisieran en tantas hermandades de Gloria que sin ningún arraigo en ello, berrean delante de su imagen.
Partiendo de esa base, hay que diferenciar varios puntos dentro de esta supuesta «Cantillanización». En primer lugar, los vivas a la Virgen no nacen en Cantillana, pero si se refuerzan y se dan a conocer con gran fuerza desde aquí. Pero es de aquí, de la gente de Cantillana y de su forma de sentir. Tú tuitero empedernido, tienes que valorarlo y por supuesto si una hermandad de Gloria de tu barrio lo intenta imitar (intentarlo porque con menos de 5 personas viendo el paso es difícil), no culpes a Cantillana, que de nada tiene culpa, culpa a tu hermandad por intentar llamar al público con algo totalmente impostado.
En segundo lugar, los vivas aquí no se planean. Aún recuerdo en la puerta de dicha hermandad de Triana, en la que 10 minutos antes de la salida estos «chilladores» de Sevilla, como muchos les llaman, planeaban de qué forma y cómo le iban a chillar. En Cantillana los vivas y tequieros salen en cualquier momento, no esperan a que la marcha «Siempre la Esperanza» rompa en sus sones y que quede más espectacular el momento de los gritos sin sentido proclamados en las glorias sevillanas.
En tercer y último lugar, no pierdas tu idiosincrasia por intentar parecerte a Cantillana, y luego la culpes porque no te ha salido bien. No hables de Cantillanizar, habla de perder tu esencia por cambiar de estilo, porque Cantillana nada tiene que ver en tu pobre hermandad de menos de 100 hermanos.

Dicho esto, voy dejando el palermo a un lado, que estoy dispuesto a vivir todo lo que Cantillana me ofrezca entre sus calles, y a dar «palermassos» a todo aquel que intente usar esa dichosa palabrita que me trae de cabeza.
Recuerda, las hermandades no se cantillanizan, las hermandades pierden su esencia por intentar llamar al público que no tienen, intentando parecerse a algo que teniendo 20 personas dentro de la hermandad, nunca lograrán.
Palermo al suelo y avanzamos con el tramo. Viva Cantillana y su forma de sentir y vivir. Eso sí, ¡No intentéis hacerlo en casa!, porque no os va a salir…