¿Cuántas dolorosas no procesionales tenemos repartidas por Sevilla? || VOL. II

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Como ya expusimos en el anterior reportaje, en los templos y conventos de la ciudad de Sevilla poseemos un amplísimo patrimonio, entre los que contamos con numerosas imágenes de la Virgen María que no reciben el tratamiento ni la celebración de cultos que merecen. En el nuestra investigación, hemos contabilizado más de 30 imágenes dolorosas que reciben el único cuidado del señor párroco o de un pequeño grupo de devotos. En este segundo reportaje, hablaremos de otras diez tallas marianas olvidadas que reciben las oraciones de los fieles que aún recuerdan nuestra historia.

Como ya expusimos en el anterior reportaje, en los templos y conventos de la ciudad de Sevilla poseemos un amplísimo patrimonio, entre los que contamos con numerosas imágenes de la Virgen María que no reciben el tratamiento ni la celebración de cultos que merecen. En el nuestra investigación, hemos contabilizado más de 30 imágenes dolorosas que reciben el único cuidado del señor párroco o de un pequeño grupo de devotos. En este segundo reportaje, hablaremos de otras diez tallas marianas olvidadas que reciben las oraciones de los fieles que aún recuerdan nuestra historia.

Comencemos desde la Santa Iglesia Catedral. En una de las muchas naves, concretamente en la Capilla de los Dolores o de Santo Tomé, a los pies de un crucificado, nos topamos en el interior de una vitrina a la Virgen de los Dolores, atribuida a a Pedro de Mena y Medrano y datada en el siglo XVII, entorno a 1680.

Esta talla de medio cuerpo (no posee candelero) que mide menos de un metro de altura, y preparada para vestir, persiste durante todo el año protegida por un vidrio y enmarcada en una hornacina, de modo que no requiere de cambios de vestimenta y solo necesita escasas y leves conservaciones. La imagen solo ha salido de ese habitáculo para participar en la exposición ‘Mater Dolorosa’ en 1988 que se organizó en la Caja de San Fernando.

Virgen de los Dolores de la Capilla de Santo Tomé / Foto: Leyendas de Sevilla

Salimos de Catedral por la Puerta de Palos y, en la misma Plaza de la Virgen de los Reyes, nos dirigimos al Monasterio de la Encarnación. Nuestra segunda protagonista se ubica frente a nosotros tras cruzar la puerta. Siendo parte de un calvario presidido por el Cristo de la Divina Misericordia, encontramos una imagen de la Virgen María Dolorosa, junto a María Magdalena abrazada a la cruz y San Juan Bautista.

No existe información acerca de dicha talla, solo que todas ellas, obras anónimas, pueden ubicarse entorno al último tercio del siglo XVII, de estilo neoclásico procedente de la escuela sevillana. Podemos admirar que es una imagen de hechura completa, no de vestir, con los ropajes ya insertados y con un rostrillo a modo de escapulario, y que sobresale un poco del estilo del conjunto, por lo que podríamos estar viendo una talla de más de finales del siglo XVII, más reciente que el resto de esculturas de la composición.

Conjunto escultórico del Calvario del Monasterio de la Encarnación / Foto: ExplicArte Sevilla

Botella de agua en mano que ya va haciendo falta, y pasando por Alemanes, Hernando Colón y Entrecárceles llegamos a la Iglesia Colegial del Divino Salvador. Entre tanto patrimonio repartido por el interior del gran templo, ¿sabían que pueden entrar a un pequeño museo con verdaderas obras de arte en la antigua Sacristía?

En el pasillo del mismo, encima de unas cajonera barroca, nos encontramos con la imagen de una dolorosa de tamaño académico. No hay información explícita, ni autoría ni siglo exacto. El dueño de esa imagen es la misma Colegiata del Salvador, que en sus fuentes oficiales y extraoficiales no consiguen arrojar datos sobre ella. ¿Parecido con la Virgen de la Estrella atribuida a La Roldana? ¿Posible autoría de Blas Molner por sus semejanzas con la Virgen de la Encarnación de San Benito? ¿No contemplan brevemente el rostro de la Virgen de los Dolores de Santa Cruz de Antonio Eslava Rubio? Podríamos ubicarla desde el siglo XVI hasta el XVIII. Todo un misterio que podrían resolver pronto expertos en la materia.

Virgen dolorosa del Museo del Salvador / Foto: José María Silva

Calle Sagasta, Sierpes, Tetuán y hasta Rioja. En la Iglesia Conventual del Santo Ángel reside nuestro próximo objeto de estudio. Muy conocida por todos, es la imagen mariana titular de la Asociación de Fieles del Stmo. Cristo de los Desamparados: María Stma. de la Salud. Se trata de una talla de candelero de vestir atribuida a Juan de Astorga allá en el siglo XIX.

Pese a no procesionar actualmente, ni tener constancia de que lo haya hecho alguna vez, la Asociación de Fieles se encuentra inmersa en su inclusión en las jornadas del Viernes de Dolores o Sábado de Pasión de la Semana Santa de Sevilla, teniendo ya adquirido el paso procesional del crucificado y presentado el diseño de paso de palio para la dolorosa: un sueño de estilo imperio ideado por Sergio Cornejo que aúna bordados en oro y sedas en un terciopelo azul prusia en el exterior y rojo carmesí en el interior junto a tallas de madera estofadas y policromadas. Además, conjuntará con un manto procesional del mismo diseñador, confeccionado por Bordados Salteras, ya presentado, que incrusta el mismo terciopelo azul prusia con el estilo imperial del futuro palio.

Diseño de manto y palio en conjunto de María Stma. de la Salud / Foto: Asociación de Fieles Desamparados del Santo Ángel

Caminando por el barrio del Arenal que está tras nuestro último destino, llegamos a la Plaza de Molviedro, concretamente, a la Capilla del Mayor Dolor. Allí reside la Hermandad de Jesús Despojado, que entre sus titulares, cuida de Ntra. Sra. del Mayor Dolor, titular de la cofradía que no procesiona, cuya autoría se desconoce, aunque se atribuye a Blas Moner hacia finales del siglo XVIII.

El rostro de la imagen muestra el dolor por la pérdida, con la mirada inclinada hacia lo alto de la Cruz, con una breve inclinación hacia su derecha junto a una boca entreabierta y unas manos entrelazadas. La talla, que da nombre a la capilla que iba a ser derruida hasta que llegó la corporación del Domingo de Ramos, recibe sus cultos en el mes de mayor, y únicamente ha salido del templo para ser sometida a una restauración de 6 meses en diciembre de 2018 por Manuel Mazuecos.

Ntra. Sra. del Mayor Dolor en sus cultos de Mayo / Foto: Hdad. Jesús Despojado

Zaragoza, Reyes Católicos y llegamos a la Iglesia de la Magdalena. Algunos recordarán un Vía Crucis a finales de noviembre de 2021 con motivo del centenario fundacional de la Hermandad de la Candelaria, donde Ntro. Padre Jesús de la Salud visitaba aquel lugar donde fue venerado gracias a la extinta Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Antigua, Siete Dolores y Compasión, del siglo XVI. Para ello, en el Altar Mayor se dispuso un altar para recibir al nazareno, destacando en él la imagen de la que vamos a hablar: Ntra. Sra. de la Antigua, Siete Dolores y Compasión.

La talla, arrodillada, que inclina su cabeza hacia arriba con actitud arrogante y manos entrelazadas, vestida con manto tallado y un rostrillo a modo de escapulario, se atribuía a Pedro Roldán hacia la mitad del siglo XVII, pero una restauración sufrida en 1998 por el IAPH la ubica casi a principios de dicho siglo, recalando la atribución a Andrés de Ocampo por su gran parecido con el relieve del descendimiento que se ubica en la Parroquia de San Vicente.

Desde su fundación en 1527, hasta extinguirse a principios del siglo XIX, la cofradía de la que era titular la imagen realizaba estación de penitencia cada Jueves Santo a la Santa Iglesia Catedral, bajo las bambalinas actuales de la Hermandad del Valle, siendo fuente de gran devoción según las crónicas de la época, y presidiendo rogativas frente a epidemias y guerras.

Hasta 1776 procesionaba para desvelar a la Virgen de la Antigua que se encuentra en el templo metropolitano, fecha en la que se documenta su última estación de penitencia, aunque en 1920 y 1921 será la imagen que se arrodille a los pies del Stmo. Cristo de las Misericordias de Santa Cruz, hasta ser omitida hasta que es sustituida por la Virgen de los Dolores de Pizarro hasta la incorporación de la actual Santa María de la Antigua en 2003, obra de Antonio Eslava, y quedando la perteneciente a la Iglesia de la Magdalena en un pequeño altar del templo.

Ntra. Sra. de la Antigua en su capilla de la Magdalena / Foto: Jesusario
La imagen de Ntra. Sra. de la Antigua a los pies del Stmo. Cristo de las Misericordias en 1920 / Foto: ABC

Con Google Maps en mano, vaya a ser que nos perdamos, nos dirigimos hacia la Iglesia de San Andrés. Sede de la Hermandad de Santa Marta y la Hermandad de Araceli, a la derecha del altar mayor, protegida por un vidrio, encontramos a Ntra. Sra. de los Dolores (aunque hay quien menciona que su nombre es Desamparados). Esta imagen, de claro estilo granadino del siglo XVIII, no posee autoría exacta, aunque el historiador José Roda Peña la relaciona con la producción artística de Benito de Hita y Castillo.

De nuevo, otra imagen arrodillada sobre un cojín, llena de dolor, con el rostrillo formando un escapulario y las manos entrelazadas, junto a un corazón atravesado por un puñal simbolizando el dolor de María al ver a su hijo muerto en la Cruz. No se conocen restauraciones, y no existe constancia de que alguna vez haya conocido las calles de Sevilla, pues es una imagen que queda a manos de la gestión parroquial.

Ntra. Sra. de los Dolores de San Andrés / Foto: Rafaes

Por Reyes Católicos hasta llegar a Triana, nos dirigimos a la Real Parroquia de Sra. Santa Ana. Allí nos esperan dos de nuestras protagonistas. La primera, entrando por la puerta de la calle Párroco Don Eugenio y mirando hacia la derecha, en la Capilla Bautismal, nos topamos con un conjunto escultórico de una piedad: es la Virgen de la Sexta Angustia, imagen de finales del siglo XVII – principios del XVIII de autor anónimo que presenta un claro estilo barroco. Porta en sus brazos al Cristo del Amor, atribuido a Roque Balduque en el siglo XVII que en su día fue un crucificado reconvertido a Yacente, pero se cree que es un titular añadido, pues existiría.

La imagen fue titular de la extinta Hermandad de la Sexta Angustia y el Cristo del Amor, no penitencial, fundada en el siglo XIX por una congregación de mujeres en el antiguo Convento de los Remedios y trasladada a Santa Ana en la desamortización española de 1808- 1813. La Virgen estaba concebida para estar de pie y no sedente, pero en la reforma de Gabriel de Astorga de 1840 se le dispuso sentada, con Cristo muerto encima de sus rodillas que también fue reformado para ser yacente. Una vez, a finales del siglo XIX, se disuelve la corporación, son varios los intentos de refundación que los diferentes párrocos han ido rechazando, quedando en el olvido en una parte del templo y pidiendo a gritos una restauración y unos cuidados mínimos.

Virgen de la Sexta Angustia junto al Cristo del Amor en la exposición «Soy de mi Señor Santa Ana» / Foto: Periodista Cofrade

En el coro de la misma Parroquia, frente a la capilla en la que nos encontrábamos, apenas sin un atisbo de luz, podemos ver de fondo una dolorosa. Presa del olvido (nunca mejor dicho, porque no puedes sobrepasar la reja), hallamos a la Virgen del Buen Viaje. Perteneciente a la extinta Hermandad del Buen Viaje fundada en 1596, se fusionó con la Cofradía del Socorro al poco tiempo (cofradía cuyo crucificado preside la Capilla Bautismal de Santa Ana), procesionando en la jornada del Miércoles Santo. Posteriormente, a mediados del siglo XVII, se fusionó con la Hermandad de la Tentación de Cristo en el Desierto y Nuestra Señora de los Peligro en 1659, comenzando su decadencia hasta que a principios del siglo XVIII se trasladan al Palacio de San Telmo donde cesará su actividad, volviendo los titulares a Santa Ana.

La imagen que vemos es una dolorosa que fechan su hechura entorno a la primera mitad del siglo XVII, sin autor determinado. La talla mide 1,52 metros de alto, es de vestir y está realizada en pasta de madera, con cinco lágrimas que muestran su dolor y con la boca ciertamente entreabierta. La obra ha sido restaurada recientemente por Navarro Arteaga, aunque a día de hoy sigue ocupando ese lugar en la oscuridad, ante la atenta mirada de Santa Ana y la Virgen en el Altar Mayor.

Ntra. Sra. del Buen Aire en el coro de la Parroquia de Santa Ana / Foto: ABC (Juan Carlos Vázquez)

Nuestro último destino de hoy se encuentra terminando la calle Castilla. En la Basílica del Stmo. Cristo de la Expiración, sede de la Hermandad del Cachorro, tras entrar y dirigirse a la Capilla Sacramental, que preside la Virgen del Patrocinio de Gloria junto al Santísimo Sacramento, en un lateral, se conserva a Ntra. Sra. de los Dolores (o Ntra. Sra. del Patrocinio por la advocación de la actual titular de la cofradía del Viernes Santo), antigua y primitiva titular de la corporación.

La imagen, atribuida a Cristóbal Ramos sobre el siglo XVIII, es una talla de candelero de vestir que mide 1,60 metros que procesionó hasta 1921, cuando una restauración en 1879 descubrió su verdadero rostro y sus hermanos decidieron cambiarla por otra de un pueblo de la provincia, que será sustituida a su vez por la imagen que se incendia en 1973 y llegaremos a la actual Virgen del Patrocinio del mismo año. La imagen solo ha salido del templo para participar en la exposición que la Hermandad del Cachorro organizó en el Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla en el año 2014.

Virgen de los Dolores de la Hermandad del Cachorro / Foto: HistoriarteSevilla

Aquí acaba un segundo viaje por la Sevilla olvidada que continúa vigente en la memoria de unos pocos, que intentan volver a darle vida a imágenes que en su día tuvieron un gran apogeo y devoción que el tiempo les ha arrebatado. Solo llevamos 20 de ellas, y aún quedan por saber algunas más que pacientemente esperan la venida de un tiempo mejor.

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