«Se vende Cofradía»
El Diputado
Tal cual leéis, se vende cofradía en pleno casco histórico de Sevilla, sin personalidad ninguna, con titulares poco devocionales y con pasos sin ningún valor artístico y mucho menos histórico. Tiene menos de 20 años, pero sueñan con Carrera Oficial, no tiene barrio detrás, ni iglesia, pero tiene unas vistas de futuro más negras que los capirotes del Santo Entierro.

Hace varios días, sentado en una terraza en la Plaza de la Encarnación (mi bar favorito para el café, por cierto), conversaba sobre que hermandades son intrascendentes en la Semana Santa de Sevilla, además que lo organizamos hasta día por día. Con cierto tono irónico mi querido fiscal me decía, «las de fuera del casco antiguo que no vengan, para hacer una romería que se queden en el barrio«.
Pero claro, como vas a dejar fuera de nuestra Semana Santa a una hermandad que lleva consigo a toda la devoción de un barrio acompañándola a surcar los corazones sevillanos en su jornada de la Semana Santa. Y más teniendo a piratas procesionando que ni mucho menos tienen barrio, y lo que más se le asemeja es unos cuantos de extranjeros que pasean por las mañanas a la fresquita buscando el primer café del día.
A su vez también me dijo, «las que tengan menos de 200 nazarenos que hagan mejor un viacrucis interno«, entre risas de maldad que se veían en sus comentarios.
Pero volvemos al mismo punto de partida, como vamos a dejar en casa a una hermandad como la del Santo Entierro, santo y seña de nuestra ciudad por la poca afluencia del hermano nazareno en dicha cofradía cuando después dejamos procesionar a una asociación que sale a las calles en ocasiones incluso menos de 20 personas en su cortejo.
«Pero y las que no tengan un diputado serio, ¿Qué hacemos?», me levanté de la mesa y mirándole desafiante a los ojos le dije, «Por ahí no paso, eh». Y dispusimos a patrullar la ciudad con mi palermo en la mano.
Cristo de Burgos, Los Caballos, El Beso de Judas, Los Gitanos, San Roque, Los Negros, Los de Puerta Carmona y los de la Calzá. En Sevilla no nos falta de nada, pero nos sobra de todo. Por eso se vende esta cofradía. Porque es la que remata el acabose de todo lo que sobra.
Tras la cerveza en el bar Jota, llegamos a una conclusión, primero que la cerveza de aquel lugar esta increíblemente fría, algo que te ilumina la mente de una forma radical. Y segundo, que en Sevilla, siendo cuna de la tradición cofrade en Andalucía, tendríamos que imponer un filtro para las cofradías que dejamos entrar. Os lo cuento.
Una cofradía debe tener principalmente devoción a sus titulares. Debe tener vida de hermandad, y también cumplir con unos mínimos en cuestiones patrimoniales. Debe tener barrio, cortejo y presencia. Por eso mismo, una cofradía para Sevilla por mucho que luzca el Sol, debe ser completa, porque las medias tintas, es lo peor que le puede pasar a una ciudad como la nuestra.
Así que me he metido en Wallapop, he comprado la cofradía, le he hecho un traje de nazareno amarillo y azul, super original, con su cíngulo de color rojo, por si algún día nos dejan salir desde la Iglesia.
He cambiado el paso por unas andas con unos faroles con guardabrisas que salen de arriba del todo que he comprado en un anticuario, que me han dicho que son antiquísimos, y me he llevado al cristo que tenía en mi casa para poder pasearlo.
La Virgen ya si eso la sacamos otro año. Que a la gente lo que le va a importar va a ser la pedazo de banda que voy a traer para que mi paso dé sus izquierdos correspondiente a los sones de las «palilleras infernales» y de los campanazos tubulares que van a llevar.
Lo único que se me ha olvidado es pedir permiso a la iglesia para poder salir. Pero bueno, como somos una cofradía de los mares perdidas entre barcos, le pedimos permiso a José Luis Sanz y seguro que únicamente nos pide venir a hacerse una foto con el del banderín de la banda para hacer campaña en sus redes sociales.
Palermo al suelo y avanzamos con el tramo, que tengo que buscar al romano.