«El Cristo que acompaña a mi banda»
Hace tiempo leí, que después de dos años sin cofradías por el Covid-19, saldríamos más unidos en todo. Que después de estar dos años sin cofradías, aprenderíamos a valorar aquello que tanto anhelábamos. Que después de dos años sin cofradías, verdaderamente le daríamos importancia a lo importante. Ni dos años hemos durado.
Volvemos a los tejemanejes. A los comunicados pretenciosos. A las conversaciones ‘privadas’ que, al segundo de colgar, ya se sabe de lo que se ha hablado. Y es que, en verdad, no está mal leer en Redes Sociales el sinfín de rumores, noticias y exclusivas de las cuales al final solo se cumplen un 25% de ellas.
Pero aquí, vuestro Diputado, bajo mi antifaz, veo como otra vez nos vamos a deriva. 845 días transcurrieron entre que vimos por última vez el palio de la Virgen de la Encarnación en su extraordinaria en 2019 y en Viernes de Dolores del 2022. ¿Nos queda muy atrás aquello, eh? Nos dábamos golpes de pecho porque no podíamos ir a ver a nuestros titulares, y ahora que podemos buscamos una nueva excusa para no ir a verlos.
Pero, si volvíamos a nuestra forma de ser pre-Covid, no podía faltar nuestros veranos de cambios. En esta ocasión le ha tocado Alcosa. No intentemos engañarnos que el principal atractivo de este cambio no es la banda que deja de ir, o la que va, si no toda la rumorología que se ha creado entorno a esta noticia.
Hablando con mi Junta de Gobierno me exponían que ‘para tu Cristo tú quieres lo mejor, ¿no?’ Orgulloso de mí, les respondí: ‘Evidentemente, ¡qué menos! Su túnica bordada y sus atributos. Perplejos se miraban y me preguntaban: ‘¿Y la banda?’. La banda la que sea, que si vienen a ver a mi hermandad, sea por mis titulares, no por los sones.
Y es que, he ahí el principal inconveniente de muchas hermandades de hoy en día. Recrear misterios repletos de imágenes, con cambios y bandas estridentes. ¿Y el sentido de la evangelización? ¿Dónde queda aquello?
Las bandas deben ser un complemento, una ayuda para encontrar un sentido o un fin a dicha evangelización. Pero debe ser solo eso. En el momento en el que se habla más sobre un acompañamiento, que un titular, estamos haciendo algo mal.
Con el fin a este asunto, solo queda saber cuál será el siguiente culebrón del verano y a qué bandas y hermandades implica. Ni dos meses vamos a tardar hasta que volvamos a tener un nuevo arsenal de exclusivas y rumores.
Palermo al suelo y avanzamos con el tramo, que la banda tendrá que tocar, ¿no?